La alimentación anti-estrés


Los hábitos alimentarios son importantes en cualquier situación, pero aún más en los casos de estrés.
La persona que sufre de estrés tiende a comer demasiado, a no comer lo suficiente, o a hacerlo de forma apresurada y a cualquier hora.

Por otra parte, el organismo estrenado utiliza mayor energía de una forma más rápida, y, al mismo tiempo, el estrés añade una sobrecarga al sistema cardiovascular.

¿Cuál sería la dieta más favorable para quienes padecen de estrés?

Veamos algunos principios básicos que ayudan a cualquier persona estrenada:
  • Aunque al principio le cueste un gran esfuerzo, coma despacio, masticando correctamente y a horas fijas sin ingerir nada entre horas (no picar).
  • Controle la cantidad y la calidad de grasa. Las grasas no deben proporcionar más del 30% de las calorías que ingerimos al día, y deben ser preferiblemente de origen vegetal (instauradas). Evite, por tanto, el consumo de quesos muy curados, mantequilla y carne; sustituyéndolos por grasas vegetales (aceite de oliva o de semillas, frutos secos, aguacate) y derivados de la soja.
  • Consuma frutas, verduras y cereales integrales en abundancia.
  • El complejo vitamínico B se ha demostrado que resulta imprescindible para conservar el equilibrio nervioso y una buena función cerebral. Esto es fundamental para prevenir y vencer el estrés. Son especialmente necesarias las vitaminas B1 y B6. Ambas se encuentran en abundancia en los cereales integrales, frutas y hortalizas. Cuando se necesite reforzar el aporte de vitaminas del grupo B, es conveniente añadir a la dieta habitual germen de trigo y levadura de cerveza, o incluso puede resultar necesario un suplemento farmacológico.
  • La vitamina C desempeña también una función muy importante en el mecanismo del estrés. Hay que ingerir alimentos ricos en vitamina C de forma habitual, ya que el organismo no la almacena. Las frutas frescas, especialmente los cítricos (naranja, pomelo, limón), kiwis, fresas, y también las verduras y hortalizas (pimientos, espinacas, rábanos, guisantes frescos, tomates), son fuentes naturales de vitamina C.
  • Un nivel excesivo de colesterol en la sangre es un riesgo sobreañadido para quienes sufren de estrés. Por tanto, es conveniente reducir al mínimo el consumo de todo tipo de productos que contengan grasa animal.
  • Evite comer habitualmente fuera de casa, sobre todo en restaurantes fast food.
  • Controle su peso. Hay personas más propensas a engordar que otras. Cada uno debe conocerse a sí mismo, con el fin de mantener un peso moderado y constante durante toda la vida adulta.
El siguiente cuadro ofrece algunas alternativas saludables para mejorar los hábitos dietéticos y disfrutar de una buena salud y bajos niveles de estrés:

PRODUCTOS HABITUALES
OPCIONES SANAS
ALIMENTOS PROCESADOS
ALIMENTOS NATURALES
Arroz y pan blancos, harina refinada, conservas, platos precocinados.
Arroz y pan integrales, cereales y harina integrales, fruta y hortalizas frescas.
GRASAS SATURADAS
GRASAS INSATURADAS
Carnes rojas, cerdo, embutidos, manteca, mantequilla, queso graso, leche entera.
Derivados de la soja, aceites vegetales, margarinas vegetales con moderación, queso fresco, requesón, yogur, leche semidesnatada o desnatada, leches vegetales, aguacate, frutos secos y semillas.
DULCES
DULCES
Chocolate, azúcar blanco, bollería y pastelería, helados, mermeladas.
Uvas y ciruelas pasas, higos secos, dátiles, miel, “chocolate” de algarroba.
BEBIDAS
BEBIDAS
Refrescos industriales, bebidas gaseosas, cerveza, vino, licores.
Agua, zumos naturales (sin azúcar ni colorantes), infusiones.
CAFEÍNA
TISANAS
Café, té, mate, bebidas a base de cola, analgésicos.
Plantas medicinales, extractos solubles de cereales tostados, achicoria, malta.
COMPLEMENTOS Y CONDIMENTOS
COMPLEMENTOS Y CONDIMENTOS
Patatas fritas saldas, cortezas (piel de cerdo tostada), frutos secos salados, aperitivos, ahumados, quesos muy curados, guindilla o chile picante, encurtidos, mostaza, pimienta y otros condimentos y especias irritantes.
Frutos secos naturales (almendras, nueces, cacahuetes, avellanas, etc.), pipas de girasol o calabaza, aceitunas, sal con moderación, condimentos suaves (perejil, hierbas aromáticas, ajo, cebolla).

Bibliografía: ¡Sin estrés!


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