Con una alimentación basada en vegetales se consigue fácilmente alcanzar los cinco requisitos para que una dieta sea eficaz y segura desde el punto de vista de la salud:
- Los alimentos vegetales están en general menos concentrados que los de origen animal, por lo que al igual peso, contienen menos calorías. Esto hace que con una dieta a base de vegetales resulte difícil ingerir demasiadas caloráis, ya que habría que llenar demasiado el estómago.
- Una alimentación vegetal variada, aporta todos los nutrientes necesarios en la proporción más adecuada para conseguir la pérdida de peso. Con una alimentación a base de alimentos de origen animal se ingiere un exceso de proteínas y de grasas, a la vez que se reduce la proporción de carbohidratos. Esto desequilibra el metabolismo y causa un exceso de residuos ácidos, como el ácido úrico, que, entre otras cosas, predispone a la formación de cálculos renales y de artritis, así como a una mayor eliminación de calcio con la orina.
- Los hidratos de carbono complejos, como los que se encuentran en los cereales integrales, tomados en la cantidad y proporción adecuadas, no causan obesidad, como vulgarmente se piensa, sino que resultan imprescindibles en una dieta adelgazante equilibrada. Los carbohidratos simples, como los azúcares, si que resultan inconvenientes, especialmente cuando van acompañados de grasa, como suele ocurrir en los pasteles, dulces y bollería.
- Los alimentos vegetales contienen, en general, menos grasa que los animales. Esto permite que la grasa total de la dieta sea menor, lo cual es un requisito para una dieta adelgazante.
- La grasa de los alimentos vegetales es en general de tipo insaturado y beneficiosa para la salud, al contrario que la grasa animal. No se debe prescindir totalmente de la grasa en la dieta, pues hay unos ácidos grasos esenciales, que cumplen funciones insustituibles en el organismo, y que se encuentran sobre todo en los aceites vegetales.
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